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¿Aprobar o Aprender? La importancia de la motivación del alumno en su desempeño escolar.

 

El concepto de fracaso escolar, dependiendo del enfoque desde el cual se considere, puede tener diversos significados:

 

Si hablamos desde una postura sociocultural, entenderemos que el alumno fracasa en el momento en que este no está rindiendo de forma esperada a los deberes escolares o que sus resultados dejan ver que su productividad está por debajo de las exigencias académicas.

 

Lozano (2003) nos define el fracaso escolar como la situación en la que el sujeto no consigue los logros esperados según sus capacidades, de modo tal que su personalidad es alterada, afectando en los demás aspectos de su vida. 


Diversos estudios realizados que han tenido por interés el fenómeno del bajo rendimiento escolar, suelen señalar como factores involucrados en la productividad del alumno, aquellos referidos a determinantes familiares, académicos y del mismo alumno; resaltando de este último aspectos relacionados a su motivación y autoconcepto.

 

Con estas dos ideas, podemos entender mejor el contexto escolar del alumno, más allá de que el profesor sea el único agente educativo; incorporamos la influencia familiar como un determinante de su contexto respecto a la dinámica de relaciones de comunicación y afectivas, las actitudes frente a los valores, las expectativas, etc.

 

Aunque estos tópicos suelen resultar de importancia como parte del rendimiento escolar del alumno, debe de considerarse de igual o mayor repercusión el propio interés y motivos que tenga el alumno en su aprovechamiento.

 

Para Anaya-Durand y sus conaloradores (2010), la motivación se considera como un elemento propiciador de la implicación del sujeto que aprende, cuando un alumno está fuertemente motivado todo su esfuerzo y personalidad se orienta hacia el logro de una determinada meta.

 

Desde las primeras vivencias en ambientes académicos, se suele condicionar al alumno a la obtención de una recompensa como muestra observable de un supuesto buen cumplimiento o nivel de calidad en las tareas realizadas. Acción que suele ocasionar en el estudiante una pérdida de la satisfacción por ir más allá de lo impuesto por el profesor o sencillamente temor a causa de una posible reprimenda por bajar sus notas.

 

Es sumamente común que debido a las exigencias académicas impuestas, el profesorado olvide, desatienda o no se permita generar una visión general del campo de acción de su materia; siendo este otro factor, que poco a poco ira desmotivando la curiosidad por aprender del alumno.

 

Recomendaciones

Resulta de importancia mantener motivado al alumno, actitud que es posible promover con ciertas actitudes y actividades que pueden fácilmente comenzar a trabajarse desde el aula, teniendo repercusiones visibles a mediano y largo plazo con relación a su productividad. A continuación se presentan algunos ejemplos:

 

  • Debe de procurarse que el alumno tenga del todo claro los objetivos y los propósitos de la asignatura.
  • Es importante transmitir entusiasmo al estudiante, si bien el profesor jugara un papel importante como modelo del aprendizaje; también es relevante el reconocimiento e interés de su ambiente familiar.
  • Se debe evitar, en medida de lo posible, generar el ideal de que basta la mera obtención de una calificación aprobatoria o crear incertidumbre de la acreditación, para crear hábitos de cumplimiento académico.
  • Debe propiciarse el trabajo en equipo, pero sobre todo que el alumno se involucre en integrarse, y que la aplicación de conocimientos obtenidos durante la clase para la resolución de problemas reales, despierte su interés.

 

Conoce más en:

 

Anaya-Durand, Alejandro; Anaya-Huertas, Celina. (2010). ¿Motivar para aprobar o para aprender? Estrategias de motivación del aprendizaje para los estudiantes. Tecnología, Ciencia, Educación, Sin mes, 5-14. 

 

Lozano Díaz, A. (2003). Factores personales, familiares y académicos que afectan al fracaso escolar en la Educación Secundaria. Electronic journal of research in educational psychology. Vol. 1, Nº. 1, 43-66.

 

 

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Psic. Miguel Coria Guerrero. Terapeuta asociado en la Clínica e Investigación Cognitiva (CLIIC Morelia) 

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