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¿Frustración o enojo? Regulación

La regulación emocional es muy útil en todos los contextos en los que se desenvuelve cualquier persona, ya sea contextos interpersonales, como en la pareja o la familia, en interacciones amistosas, en ambientes escolares y laborales y en ambientes de contacto mínimo, pues todos ellos son generadores de emociones.

 

Gross (1998), habla del término regulación emocional como los intentos que hacemos para influenciar nuestras emociones, es decir, cuándo tenerlas y cómo las experimentaremos o expresaremos. Pudiendo ser automáticos, conscientes, implicar emociones positivas y negativas.


Gross, en conjunto con Thompson (2007), proponen la Regulación Emocional a través de 5 pasos cognitivos y conductuales. Así, en primer lugar está:

 

I.- Selección de la situación: es decir, si se conoce que una situación va a ser desfavorable o generará reacciones negativas, se podrá evitar en la medida de lo posible.

 

II.- Modificación de la situación: aquí situaremos los esfuerzos que hacemos por modificar directamente una situación o modular su impacto.

 

III.- Despliegue de atención: surge cuando no hemos logrado modificar una situación y nos vemos obligados a generar conductas para distraernos o concentrarnos en cosas específicas, utilizando las siguientes herramientas:

 

  • A) Distracción: podemos enfocar nuestra atención en diferentes aspectos de una situación o dirigirla lejos de la situación, cambiando el foco interno a otra situación menos nociva.
  • B) Concentración: es decir, dirigir nuestra atención hacia las características de una situación. Sin dirigirla a nuestros sentimientos y sus consecuencias.

 

IV.- Cambio cognoscitivo: implica cambiar la forma en que se aprecia una situación, modificando la forma de pensar o sometiéndola a una valoración.

 

V.- Modulación de la respuesta: esta consiste en influir en las respuestas fisiológicas, experiencias o conductas que una situación nos provoca, tanto como sea posible. Algunas formas para lograrlo son los alimentos, el ejercicio o la relajación, logrando modular la respuesta expresiva.

 

 

Estos pasos pueden ayudarnos a controlar nuestras emociones más fuertes, como la frustración o el enojo, y por supuesto no son nada sencillos, pero si lo intentas, podrás lograrlo poco a poco manteniendo así tus relaciones en armonía. 

 

Conoce más en: 

Sánchez Aragón, R., & Díaz-Loving, R. (2009). Identificación de las estrategias de regulación emocional para la frustración y el enojo mediante una medida psicométrica. Revista mexicana de investigación en psicología , 1 (1).

 

 Recuerda que puedes dejarnos tus comentarios. También puedes dejar un medio de contacto en caso de que te interese recibir más información o iniciar un proceso terapéutico. 

 

 

Lic. Alondra Paola Tolentino Magaña  . Terapeuta asociado en la Clínica e Investigación Cognitiva (CLIIC Morelia)

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