· 

Relevancia de las emociones en la vida cotidiana

Tradicionalmente, sobre todo en ámbitos escolares y laborales, se suele considerar la eficacia de una persona respecto a su inteligencia y capacidad para seguir instrucciones. En la actualidad, pareciéramos constantemente invadidos en los medios digitales por campañas que cuestionan la expresión emocional, ya que el entendimiento y la expresión de las emociones ha llegado a ser vista como una muestra de debilidad o como una limitante en la eficacia que la sociedad actual nos exige.

 

En este contexto, podemos llegar a cuestionarnos sobre la relevancia que tienen las emociones en la vida cotidiana, y qué tan importante es desarrollar habilidades para expresarse emocionalmente de forma adecuada. Frente a este escenario es que surge el concepto de inteligencia emocional (IE) como una alternativa a esta perspectiva.

 

 

 

 

 


La Inteligencia emocional define la habilidad de las personas para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada, y la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás.

Respecto a lo anterior, la IE nos expresa que la inteligencia es algo más que el coeficiente intelectual (CI) y las habilidades o capacidades académicas o laborales. Hay un grupo de habilidades entre las que se destacan las sociales y las prácticas que, aunque poco relacionadas con la inteligencia académica, constituyen la clave de por qué no siempre el éxito que una persona pueda alcanzar en su vida se corresponde con un CI elevado.

 

Estudios recientes han relacionado la inteligencia emocional con diferentes ámbitos como el estrés ocupacional, el ajuste psicológico y emocional, la percepción de satisfacción con la vida y la calidad de las relaciones interpersonales.

Bermúdez y Cols (2003) comentan que en ámbitos laborales, una persona que posea una alta inteligencia emocional tiene la habilidad para comprender a los demás y para relacionarse socialmente. Cualidades que en la actualidad se consideran como ideales para el desarrollo de un mejor trabajo individual y grupal.

Además, sugieren que las personas con alta inteligencia emocional presentan mayor habilidad para persistir y seguir motivado ante la frustración, para controlar los impulsos, para controlar sus emociones y para empatizar.

Considerando lo anterior, se hace más clara la importancia que tiene la expresión, percepción y conocimiento de nuestras emociones, y la regulación de los estados de ánimo, en relación con problemáticas derivadas del estrés en distintos ámbitos de nuestra vida académica y laboral.

 

La inteligencia emocional parece estar relacionada con variables de la personalidad como la autoestima, la empatía, la extraversión y la apertura a los sentimientos. De esta forma una adecuada expresión de nuestras emociones traería consigo una mejoría en situaciones sociales, relaciones interpersonales, y en general una mejor adaptación al nuestro medio.

 

Conoce más en:

Bermúdez, María Paz; Teva Álvarez, I.; Sánchez, Ana; (2003). Análisis de la relación entre inteligencia emocional, estabilidad emocional y bienestar psicológico. Universitas Psychologica, enero-junio, 27-32.

 

Recuerda que puedes dejarnos tus comentarios. También puedes dejar un medio de contacto en caso de que te interese recibir más información o iniciar un proceso terapéutico. 

 

 

Psic. Miguel Coria Guerrero. Terapeuta asociado en la Clínica e Investigación Cognitiva (CLIIC Morelia) 

Escribir comentario

Comentarios: 0